miércoles, 24 de noviembre de 2010

HISTORIAS DEL FERROCARRIL ·4 el Nahual.




El Nahual. El joven Remigio alimentaba la caldera ,la oscuridad de la cálida noche, el farol de la máquina iluminando los rieles trajeron como enjambré los recuerdos de su todavía cercana niñees... Alrededor del fogón de tres piedras, el y sus hermanitos a la luz del rescoldo mientras cenaban los escasos frijolitos caldosos, acompañados de dos únicas tortillas por cabeza y que él ingeniosamente les separaba el pellejito para hacerse la iluciòn que se comía cuatro acompañando de su jarro con agua y por lo cual se agradecìa al Sr. de los cielos. Esta era la uníca comida del día, porque otras veces ni eso; platicar era el maravilloso pasatiempo antes de rezar y luego a dormir. Las conversaciones siempre eran sobre cuentos tradicionales, como los del coyote y el conejo, leyendas (la LLorona, la mulata de Córdoba etc...)los favoritos , los de espantos y de tesoros escondidos. Las historias preferidas del niño Remigio eran las de piratas y lo que mas le emocionaba era cuando atacaban los barcos españoles cargados de tesoros magnificos,hundidos y tragados por el mar. Esto alimentaba su imaginación y mirando tanta miseria a su alrededor, cavilando sobre toda esa riqueza, dormida e inútil en el fondo del mar, durante una narración le preguntó a su papá. .-- ¿Papacito porque no vacian el mar, recogen y sacan todos esos tesoros y se los reparten a todas las gentes pobres ? Su papá se lo quedo mirando a los ojos por un largo...largo tiempo, tanto que él pensó que no había comprendido su pregunta o que se enojó por la interrupción, cuando sonrriendo le contestó. ._ Hay hijo, cuando tu seas grande vas a ser muy inteligente o de plano vas a ser el tonto más grande del mundo. Estas palabras no las olvidaría nunca en su vida, por su edad no entendió la profundidad de ellas solo se encogió de hombros y siguió escuchando historias. El ataque al tren por militares del gobierno lo ubicó en la rEl Nahual. El joven Remigio alimentaba la caldera ,la oscuridad de la cálida noche, el farol de la máquina iluminando los rieles trajeron como enjambré los recuerdos de su todavía cercana niñees... Alrededor del fogón de tres piedras, el y sus hermanitos a la luz del rescoldo mientras cenaban los escasos frijolitos caldosos, acompañados de dos únicas tortillas por cabeza y que él ingeniosamente les separaba el pellejito para hacerse la iluciòn que se comía cuatro acompañando de su jarro con agua y por lo cual se agradecìa al Sr. de los cielos. Esta era la uníca comida del día, porque otras veces ni eso; platicar era el maravilloso pasatiempo antes de rezar y luego a dormir. Las conversaciones siempre eran sobre cuentos tradicionales, como los del coyote y el conejo, leyendas (la LLorona, la mulata de Córdoba etc...)los favoritos , los de espantos y de tesoros escondidos. Las historias preferidas del niño Remigio eran las de piratas y lo que mas le emocionaba era cuando atacaban los barcos españoles cargados de tesoros magnificos,hundidos y tragados por el mar. Esto alimentaba su imaginación y mirando tanta miseria a su alrededor, cavilando sobre toda esa riqueza, dormida e inútil en el fondo del mar, durante una narración le preguntó a su papá. .-- ¿Papacito porque no vacian el mar, recogen y sacan todos esos tesoros y se los reparten a todas las gentes pobres ? Su papá se lo quedo mirando a los ojos por un largo...largo tiempo, tanto que él pensó que no había comprendido su pregunta o que se enojó por la interrupción, cuando sonrriendo le contestó. ._ Hay hijo, cuando tu seas grande vas a ser muy inteligente o de plano vas a ser el tonto más grande del mundo. Estas palabras no las olvidaría nunca en su vida, por su edad no entendió la profundidad de ellas solo se encogió de hombros y siguió escuchando historias. El ataque al tren por militares del gobierno lo ubicó en la ealidad, las balas pasaban como avispas, los gritos de los alzados campesinos llegaron a la máquina, no supo ni como, pero de pronto se encontró corriendo lleno de pánico entre el monte junto a las soldaderas que con sus pequeños corrían tratando de protegerlos de las balas abrigandolos con sus rebozos o chales como quien capotea un aguacero implorando... .- ¡ No tiren con TOTOLITA, NO TIREN CON TOTOLITA! Inocentes era la primera vez que los atacaban con AMETRALLADORAS , desconocidas hasta ese momento y que quizá por el sonido se les figuró el que emiten las las guajolotas cuando ponen el huevo. Remigio corrió como alma que lleva el diablo persignandose y encomendandose a Dios, a la Virgen y a todos los Santos, se escondió en una madriguera que encontró al arrastrarse, se tapo la cara con ambas manos y esperó... Cuando todo estuvo en silencio y no escuchó mas que rumores traídos por el viento se atrevió a salir, los cuerpos de hombres, mujeres y niños lo conmovieron profundamente,lagrimas de amargura , coraje e impotencia salieron de su alma, él, que creía que ya nada lo lastimaba, se arranco los cabellos con desesperación. Se arrastró nuevamente a la madriguera , como quíen regresa al vientre de su madre, abrazó sus piernas y se durmió o quizá perdió el sentido, quien sabe. La mañana siguiente lo encontró en medio del monte sin saber a donde dirigirse, perdido totalmente, dando tumbos cayendo y levatando, a pesar de la desesperanza se pregunto que iba a comer , no conocía las plantas , por lo que le dío temor de envenenarse, nuevamente la tortura del hambre le hizo su presa, le parecía imposible que no se hubiera acostumbrado a ella, que no dejara de sentir esa dolorosa y permanente lucha en su vientre, en su cerebro y en su corazón; por la tarde comenzó a vomitar, se sintió desfallecer, mas tarde se comensó a temblar por las calenturas, a ratos perdía el conocimiento seguido por momentos de lucidez, el tiempo y el espacio perdieron su noción... De repente lo movieron, sacudieron, lo envolvieron en un petate y lo pusieron de panza sobre el lomo de un burro, los tumbos del jumento al trotar le indicaban que lo llevaban a algún lado, creyó que moria, cuando un fuerte golpe le indicó que no , para su fortuna el seguía siendo parte de este mundo, el porrazo contra el suelo le dolió tanto que creyó que los huesos se le habían echo polvo, medio abrió los ojos, un hombre indigena de estatura pequeña encendía una fogata. ¿Seria este su fin? ¿Este hombre se lo comería? él no tenía la menor fuerza para defenderse; el olor a hierbas quemadas junto con el humo del copal hacían que por momentos recuperara el conociminto, semi inconciente sintió cuando el hombre lo desnudó, lo frotó con las cenizas calientes, lo arrastro a un riachuelo, lo cubrió de barro y lo dejo tiredo; cuando amaneció y con los primeros rayos de luz el hombrecillo regresó y con una jícara lo baño. Remigio sabía que ya no tenía fiebre pero seguía sin fuerzas, así que solo miro al hombre agradecido, pero el indigena esquivó la mirada. Lo cuido y alimento como si fuera su hijo o al menos él lo sintió así , cuando se restableció por completo le extraño que el hombre no hablara, solo le indicaba por señas, por lo cual supuso que era mudo. Una mañana él hombrecillo lo despertó con una patada, sintió el fuerte golpe agrecivo, pero no dijo nada despues de todo estaba en deuda con él y comprendío que era un ser burdo, entendió sus señas, quería que le acompañara, lo llevó a recoger hierbas, cortezas, raíces así como víboras zorrillos y otros bichos, con señas le indicaba para lo que servían. A Remigio no le interesaba aprender algo a lo que nunca se dedicaría por lo cual no ponía mucha atención , con desgano acomodaba la hiervas para ponerlas a secar al llegar al jacal, de repente escucho un zumbido, como de una abeja gigante pero no pudo ni siquiera preguntarse que era porque sintió el chicotazo tronar en su carne que empezó a sangrar , sin pensarlo saltó sobre el hombrecillo, lo tomo por el cuello con rabia, pero la penetrante mirad de este hizo que lo soltara, un temblor lo sacudió de pies a cabeza seguido de un sudor frio que lo empapó por completo, el agradecimiento cedió su lugar al miedo, él queria irse pero no encontraba la forma de huir, desconocía donde se encontraba y cuanto tiempo había transcurrido; dependía totalmente de este ser que se sentía su dueño... Sin poder evitarlo tenía que comer y beber lo que este le proporcionaba, tomar las infuciones le provocaron pesadillas alucinantes, una en particular le hizo su presa. "LA BESTIA ACERCABA SU PESTILENTE HOCICO a su rostro, lo olfateaba a lo largo del cuerpo, de las fauces y ojos salía fuego incandecente y él ahí , totalmente a su merced... A medida que trancurrían los días su voluntad se debilitaba, Remigio era como un zombi o un autómata, cada vez más sumiso; el brujo dejo de darle bebedizos. Una noche se acostó en el petate, no podía dormir, escucho al hombrecillo levantarse y salir del jacal, siguiendo un impulso, se levantó, adivinando lo siguió en la obscuridad sigilosamente, parecía una alimaña tras su victima,de repente se le perdió como si se hubiera esfumado en el aire, pero algo le dijó que esperara; no supo cuanto tiempo permaneció agazapado, pendiente del menor ruido, de repente comenzó a percibir el horrible tufo de La bestia, alarmado tenso su cuerpo sin saber si era para escapar o para atacar, ante sus incredulos ojos la enorme bestia se cruzaba ignorando su presencia, esta se detuvo ante un tronco de gran tamaño encendió una fogata y se desprendió de su piel entonces comprendió que el brujo era el temido NAHUAL, para su engaño se cubria con una zalea de burro a la que añadió otra zaleas de diferntes animales del monte, en el hocico y ojos les cosió chiles anchos abiertos y secos los que se iluminaban por medio de un puro de tabaco y otras hierbas. La sangre le hirvió, sin darse cuenta tomo una gran piedra, se acercó por la espalda al brujo levanto la piedra con intención mortal, pero la luz de la fogata lleno de terror sus pupilas, en el centro de la fuego estaba una pequeña figura tatemandose, el brujo volteo tranquilo, sonrriendo mostrando su chimuela dentadura y para aumentar su sorpresa le habló. _¡Cómelo, es chango! ja ja ja ja! Arrancando un trozo de la pequeña calavera, extendio la renegrida mano con el humeante trozo de carne y en la otra la calaverita descarnada, se la ofreció mirandolo con sus ojos de poseido. Remigio retrocedio trastabillando. E n todo su ser grito el HORROR.-¡ es un bebé! Dió un salto y echo a correr despavorido cayendo en repetidas ocaciones, pero se levantaba para seguir corriendo y solo se detuvo cuando ya no pudo dar un paso mas y el cuerpo se le acalambro... Lo despertó el rugido, un ruido que él jamás había escuchado, lo percibía por todas partes, pero despues de un rato se dió cuenta que tenia un ritmo y cadencia, cierta monotonía, mientra el cielo se iluminaba con tonos violáceos, rosados y naranjas . Remigio sintió que DIOS le mostraba su magnificiencia, comenzó a caminar, de pronto se dió cuenta que sus descalzos y lastimados pies se hundían en suave arena, fue entonces que la magia se hizo; sus humildes ojos se maravillaron llenandose de inmensidad al ver por primera vez el MAR, se sintió tan pequeño como los granitos de arena pegados a sus pies y tan grande como si fuera el sol. Extaciado contemplola inmencidad unida al cielo... Voces unidas en murmullos y carcajadas lo sacaron de sus meditaciones. Varias lanchas arribaban a la playa con su cargamento de pescados y pescadores que alegres y dicharacheros que se quedaron biquiabiertos cuando él se les acercó, así debió de ser su lamentable estado, esta gente buena le prestó auxilio y lo encaminaron para que llegara a la estación ferroviaria mas próxima. Ya en el tren, de regreso a los suyos, cavilando sobre lo susedido, llegó a la conclución de guardar todo lo vivido en lo más recóndito de su alma y poner un sello a sus labios. FIN. D.E.M.A.C. E.S.R.U. Septiembre. 2010